Otra vez madrugando, otra vez entrenando con el poco fresquito que puede correr en un día de verano en La Mancha. En esta ocasión fui al Ángel y lo subí dos veces seguidas por el carreterín, encontrándome bien, pensando que mi recuperación definitiva, eso espero, esté motivada por el cambio de zapatillas. Ya a la vuelta solté un poco y decidí no apretar, no forzar. La semana debía ser de bastantes kilómetros pero no haría falta meter mucha intensidad, no para lo que yo tengo en mente. Sumé otros 9 kilómetros.
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