Me desvelé a las 04:45 y aunque aún quedaban casi dos horas para que sonase el despertador, me levanté y fui a la buhardilla a preparar clases. A las 07:00 me fui a correr sin ganas, pero obligado por una fuerza que no sé de dónde sale. Creo que Málaga no saldrá bien, pero aún así no puedo evitar seguir con mi plan aunque sea muy difícil compaginar todo. Un ejemplo: desde las 04:45 hasta las 09:45 de mi llegada a casa, han mediado 17 horas en las que no he parado ni para comer (un mal sándwich a cinco minutos de comenzar la clase). A eso súmale la tensión horrible de mi trabajo en Manzanares, y el viaje de ida a vuelta a Ciudad Real. Pues fui al parque y sin motivación alguna, y tras calentar hice series de 400 metros, hasta 5, regresando al trote. Me encontré mejor que el domingo y prácticamente sin molestias, pero muy cansado. Ahora, tras estas líneas, me espera la cama, y en unas 6 horas, otra vez la dura jornada.
Sin palabras me dejas con tu ritmo de trabajo y encima entrenas, no creo que lo pudiera aguantar.
ResponderEliminarSaludos, Emilio.
Estoy en el peor momento de mi vida que yo recuerde, un mal trago, pero tu interés ayuda
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