Volver a doblar..., hubiera sido posible, pero en cualquier caso no lo hice. Madrugué y foco en cabeza me fui, bien abrigado (tenía placas en la garganta), hacia el norte. Las sensaciones no fueron del todo buenas, pero sin ser malas, porque sentía la carga de los días anteriores sobre mis piernas. En cualquier caso, conforme fue avanzando el entreno la cosa no empeoró. Al final, tras muchos cambios de caminos, acabé en la vía de servicio de la AIV cerca del Hotel El Hidalgo, a algo menos de 6 kilómetros de casa, y regresé a ritmo constante saliéndome un total de 16.350 metros hechos en 93 minutos.
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