El lunes era festivo en Valdepeñas, pero tenía que ir a dar clase por la tarde a Ciudad Real, como cada día. Me pasé toda la mañana trabajando en el despacho, y después de comer decidí ir a hacer cuestas, a eso de la 4:50. Haría unos 36 grados y nada más echar a correr sentí todo el calor en mi cocorota. Cuando llegué al Cerro del Ángel ya iba totalmente acalorado. Subí tres veces por la carretera y bajé por el camino campo a través y tras esto a casa. Llegué a casa tras 53', y conseguí lo que buscaba: entrenar el calor que probablemente me encontraré en la Madrid-Segovia.
Por otra parte, la experiencia no fue muy agradable. Me pasé el resto del día bebiendo y bebiendo agua.
No me extrañas que bebieras toda la tarde y la noche!, tu debes ser de Bilbao, ¿no?.
ResponderEliminarSaludos, Emilio.
Jejeje, sí, fue algo arriesgado, pero necesitaba probar mi resistencia al calor. No haciendo muchos minutos no pasa nada, pero no hay que abusar
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