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domingo, 23 de junio de 2013

LAS METAS SON METAS SEAN DEL CALIBRE QUE SEAN



Tras un domingo intenso, que nada ha tenido que ver con el running, me acabo de levantar de la siesta con la esperanza de tener recopiladas un número de fotos suficientes para hacer una crónica del 10.000 de Piedrabuena de ayer lo suficientemente digna, pero he decidido esperar porque no tengo mucho material. En cualquier caso estoy muy contento: seguro que exagero si digo que estoy casi tan contento que cuando logré mis 02:58 de la Maratón de Roma, pero la satisfacción por el objetivo cumplido no tiene por qué ser directamente proporcional a la magnitud del reto, ni siquiera siempre se relaciona con si es un objetivo propio o de un ser querido. Mi mujer ha comenzado a correr, y con ello ha comenzado a sufrir. Ayer fue una carrera dura, pero bajó de la hora, hizo 57:51 y para ella fue una noche muy feliz, y para mi..., pues también. 

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