Si justo el sábado anterior había hecho 32 kilómetros, para ese sábado programé la misma distancia, pero distinto recorrido
Madrugué un montón, tanto que salí cuando aún era de noche. El sábado iba a ser caluroso y había que aprovechar el poco fresquito de la mañana. Tomé hacia el sur por la Calle Seis de Junio y por la Avenida del Sur, preocupado por el ritmo, tratando de coger pronto una media similar a la de la semana anterior, pero desde el principio pude comprobar que no iba a ser el día de las buenas sensaciones. Desde la circuvalación tomé un camino que iba cercano a la carretera que lleva a la A4 pero tuve que sacar el móvil porque me perdí un poco. Sin embargo fui cogiendo el ritmo y comencé a rodar más o menos cómodo, bebiendo y comiendo turroncillos a cada rato. Pasé por la casa de campo de mi excompañero Pepe Ruiz y subí por el puente que cruza la A4 en el kilómetro 207, para tomar un camino que me llevaría al carreterín asfaltado donde están Las Agrupadas. Me estaba costando, no iba disfrutando y menos aún cuando alcancé el carreterín y comprobé por los puntos kilómetricos que me tocaban 9 kilómetros duros por el asfalto, pero lo hice, fue peor pensarlo: pasé por las Agrupadas, crucé un seco Jabalón y llegué a la Carretera del Moral, para pronto coger un camino que me acabaría derivando al Camino de Hortezuelas. Al final no se hizo muy duro, pero si pesado; llegué a casa en tiempo neto de 2 horas 52 minutos, según GPS 32 kilómetros justos, algo más de distancia según el móvil, el cual me delataba en su tiempo total por las paradas técnicas.
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