El miércoles estaba especialmente motivado para correr. Cogí dirección al Parque Cervantes y desde ahí me fuí por el Camino de Huertezuelas para en el cinco y pico desviar a la derecha por la zona de pinar. A partir de los 20 minutos de carrera fui metiendo ritmo y me sentía cómodo, sólo un poco soliviantado por el viento y la lluvia que comenzó a caerme, siempre a ritmo de fartlek desestructurado. Llegué un poco cargado a casa, pero muy contento después de otra sesión sin incidencias. Otros 12,5 kilómetros que sumar.
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