El martes, era el día en el que los músculos se van descargando el efecto "halo" de después de competir el domingo, se difumina dejando a la vista el cansancio. Así me encontré cuando salí a correr, muerto, con las piernas cansadas y sin fuerzas. Tanto es así que no fui capaz de hacer más de 8,7 kilómetros y a Dios gracias. Sin embargo estaba previsto esto, sobre todo si tenemos en cuenta que no tengo cogido el punto de forma necesario para pasar estos trances competitivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario