"Engañé" a mi mujer para volver a correr el jueves, en esta ocasión con la promesa de hacer una sesión corta. Ese mismo día iríamos a Port Aventura en lo que se esperaba un día agotador, como finalmente resultó. Cogimos la avenida que lleva a Port Aventura y pasamos por la puerta de entrada, que estaba aún sin gente (nada que ver con las largas colas que luego sufrimos), y fuimos girando por el recinto casi siempre picando hacia arriba, hasta que llegamos a un centro comercial que hay en Vila-Seca; desde ahí bajamos por la paralela otra vez lindado por el recinto de Port Aventura. Mejores sensaciones que las del día anterior, pero en un entreno sin pretensiones, tan sólo buscábamos mover las piernas. Algo menos de 7 kilómetros que no dieron para mucho, pero al menos ayudaron a no pararse mucho en esta semana de vacaciones. Eso sí, el resto del día fue auténticamente agotador soportando largas colas, andando y sufriendo un poco la masificación que se espera en un sitio como Port Aventura en pleno agosto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario