El viernes por la tarde, al llegar a casa me ví con la desgana que surge cuando estoy terminando la semana y encima el día no acompaña para correr. Hacía demasiado calor y necesitaba motivación, pero no la iba a encontrar fácilmente. Me fuí al Parque Cervantes perdonándome un entreno serio, a cambio iba a realizar llamémosle un "descalentamiento general". Cuando me puse a dar la primera vuelta me crucé con Javier Araque que iba igual que una locomotora a todo gas, quemando leña a destajo. Después me crucé con Ana, su mujer y me dije que en la siguiente ocasión cuando me la volviera a cruzar me uniría a ella. Eso hice, pero resultó que ya terminaba su entreno, así que tuve que dar tres largas vueltas más para completar un total de 4 y realizar un entreno de eso, de descalentamiento con un total de 7 kilómetros que sumados a los del resto de la semana me permitieron terminar en unos aceptables 85, pero lo más positivo ha sido que de nuevo he gozado de entrenos sin problemas, sin molestias, salvo el del miércoles.
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