Una mañana muy calurosa, a 30 grados. Había costado conseguir conciliar el sueño, pero no podía librarme de mis obligaciones. Subí el camino campo a través bajé por el carreterín y tiré por la vía de servicio para realizar el circuito de los cerros de la aguzadera. Me encontré suelto, muscularmente ya recuperado, eso sí, el calor era muy desgradable. Aún así siento que puedo con los entrenamientos y que no es al revés. 10 kilómetros en números redondos.
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