Tras la batalla muscular que libraron mis piernas el sábado, el domingo hubo que salir a regenerar, es decir, una especie de entreno suave con el único objeto de descargar. Fue echar a correr y en seguida noté que me encontraba bastante cansado, así que me lo tomé sin prisa, pero sin pausa, aprovechando que las tardes se alargan, afortunadamente para nosotros. A partir de la media hora de carrera pude encontrarme mejor y apreté un poco. Había que cruzar varios caminos de este a oeste hasta llegar a la vía de servicio de la Autovía AIV. Los últimos kilómetros fueron los mejores, a pesar de la pendiente positiva y justo llegué a casa con la sensación agradable de haber resuelto las tareas pendientes. Unos 15 kilómetros que sumaban a los casi 21 del día anterior; no ha sido un fin de semana de "altos vuelos" pero hay que entender que se ha visto perjudicado por las vacaciones
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