El martes también fue un día agotador y cuando llegué a casa lo que menos apetecía era cambiarse y ponerse a entrenar, pero sabía que no podía eludir mi obligación autoimpuesta. Esperé a que llegase mi mujer y los críos, y le propuse a ésta salir a correr después de cenar; me dijo que sí, así que a eso de las 22:30 cogímos dirección a La Vega guiados por mi potente linterna frontal y regresamos por el Paraje del Peral. Cuando quedaban unos 3 kilómetros Merche comenzó a sufrir de una de sus rodillas, en lo que parecían claros síntomas de cintilla, y es que últimamente no hay forma de que corra sin molestias. En cualquier caso llegamos a casa tras 77 minutos de entreno y unos 13500 metros.
Espero que las molestias remitieran, si los síntomas crees que son los típicos de la cintilla acude a un fisio y que confirme, yo he estado tres meses sin poder correr con la cintilla iliotibial.
ResponderEliminarun abrazo tocayo.
Gracias Javier, ella viene sufriendo intermitentemente de ese síndrome, o al menos tiene todos los síntomas. A ver cómo evoluciona estos días y si no mejora te haremos caso. Un saludo
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