En estas dos semanas de transición que dispongo antes de comenzar el plan de unas 15semanas para Roma (mediados de marzo), el objetivo final es estar preparado física y psicológicamente para comenzar un nuevo plan. La primera semana del mismo ha sido muy suavita, para recuperar físicamente, y en la segunda aprieto un pelín, pero sobre todo con el objeto de no malacostumbrar al cuerpo. El volumen en la segunda será bajo, 70 kilómetros, y meteré algo de series cortas pero no muy intensas y algo de interval, y una tirada larga que será mañana sábado, de 21 kilómetros pero suavita, para ir ganando en sensaciones. También meteré algún elemento de fuerza, tal como las gomas, gradas y algo de cuestas pero en baja intensidad.
De esta forma, el domingo 2 de diciembre competiré un 10.000 en Daimiel, y con el mismo comenzará el plan específico, en una primera semana aún de iniciación y que tendrá su culmen en la tercera semana de febrero, donde tengo que volver a rozar los 110 kilómetros. La segunda parte de enero y las tres primeras semanas de febrero serán, sin duda, los periodos de mayor carga. Diciembre será para acondicionar al cuerpo a la carga, pero cuidaré de no meter demasiado volumen y si algo más de fuerza que en el anterior específico, ya que no he contado esta vez con plan de fuerza previo. En cuanto a las tiradas serán similares al anterior, metiendo si cabe alguna tirada que roce los 30 kilómetros y tratar de rodar bastante kilómetros a 4´´30 e incluso 4´25´´ que se convertirán en mi ritmo objetivo, partiendo del hecho de que para esta maratón no llevaré pretensiones para bajar de 3 horas, pero necesito garantizar que mi organismo asimila kilometraje a un ritmo de maratón de 3 horas 10 minutos.
Esta es la planificación bisemanal antes del plan específico:
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