Madrugué el domingo con la idea de hacer una hora de trote suave, me dispuse a hacer la circunvalación y comoquiera que me sentía cómodo fue aumentando el ritmo. En seguida me dí cuenta que de suave iba a haber poco. El problema surgió a partir de la media hora, ya que una parte concreta de mi cuadricep derecho comenzó a molestarme con un dolor similar al de un cardenal. No era un dolor punzante por lo que entendía que no era grave y por ello seguí corriendo. Llegué al parque cuando llevaba unos 45 minutos y me puse a estirar bien, decidiendo no hacer series de gradas para no forzar el músculo. Me fui descalentando a casa para hacer otro 9 minutillos más con la molestia que por momentos pasó a ser dolor.
Sin duda son las pequeñas secuelas de la maratón y de los días siguientes a la misma, en los que no he parado.
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