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viernes, 24 de agosto de 2018

LAS CAÓTICAS SEMANAS ENTRE FINALES DE JUNIO Y PRIMEROS DE AGOSTO

Sin lugar a dudas, el mes de julio de 2018 lo recordaré como una pesadilla en lo personal debido a la cantidad de obligaciones que hacer en tan poco tiempo, que hicieron que relegara a un segundo plano mis entrenamientos, y que mi cabeza se sumergiese en un profundo caos que fue el principal causante del abandono de este blog. El abandono ha tenido remedio, ya que en cuanto se murió el perro se terminó la rabia y el mal quedó contrarestado, lo de mi cabeza y mi cansancio ya pasó, el descanso arrastró toda la suciedad y ahora puedo escribir sobre esta etapa un tanto extraña de mi vida.

Todo empezó con mi regreso de Chile el 21 de junio. Si ya allí en Curicó los entrenos fueron casi imposibles (algunos fueron reflejados en una entrada que resumía lo de junio), el hecho de llegar del otro extremo del mundo y tener que incorporarme al día siguiente al trabajo habitual y además a otro trabajo extraordinario como profesor por las tardes noches  en Ciudad Real, hacían bastante difícil mi situación.

La báscula me dijo que al menos no había ganado peso a pesar de las comidas copiosas en Chile, pero sí que seguía sin coger la forma deseada, y es que el estrés y el olvidar los buenos hábitos alimenticios no son la mejor fórmula para conseguirlo. Pero como decía, lo peor estaba por llegar: la última semana de junio tuve el calendario tan apretado que salía a correr la mayoría de los días por la mañana temprano, o incluso algún día antes de comer en Manzanares.

Para añadir más presión a mi situación, nos habíamos inscrito a la Subida Internacional al Veleta, 50 kilómetros entre Granada y el Pico del Veleta. Lo hice por complacerla pero enseguida me dí cuenta de que me había metido en un auténtico lío porque la prueba sería en la segunda semana de agosto y en julio no tendría la posibilidad de prepararme como la ocasión merecía. Pero Merche estaba demasiado nerviosa como para quedarse quieta y también me convenció para que nos inscribiéramos por parejas en el Trail de Medina Sidonia que tendría lugar el sábado por la noche en esta localidad de Cádiz el día el 30 de junio. El acicate fue que había una categoría de "parejas mixtas" y por primera vez podríamos competir juntos en esta modalidad. El caso fue que en plenos días de estrés, sin apenas tener tiempo para correr y con el handicap de que ese mismo sábado tenía curso todo la mañana en Ciudad Real, es fácil de imaginar que no era ni la mejor apuesta y que no se vislumbraba el mejor resultado allá en Cádiz, como así fue. En cualquier caso se trató de un fin de semana en el que tratamos de buscar algo de asueto y todo resultó demasiado atropellado. Y todo pese a la estupenda compañía de nuestro gran amigo Eusebio que nos dejó su apartamento de Zahara de los Atunes y se portó genial con nosotros.

Y en esta guisa comenzó un julio del que apenas tengo referencias reales, apenas recuerdo entrenos concretos, y sí recuerdo situaciones de cansancio por los caminos de Valdepeñas. De lo que recuerdo:
  1. Sábado 07 de julio: tirada en Despeñaperros Jesús Úbeda, Merche y yo, unos 28 kilómetros.
  2. Domingo 15 de julio: entreno en Pontones 26 kilómetros con Merche.
  3. Sábado 21 de julio: doblaje hecho por la mañana con 16 kilómetros y por la noche las 2 leguas y media con Merche otros 12,5 kilómetros.
  4. Sábado 28 de julio: estupenda y calurosa tirada de 30,50 kilómetros hecha por la zona de Torrenueva con Mercedes.
Entre medias entrenos hechos con todo el calor del mundo en Manzanares, madrugones para correr sin fuerza, etc, etc.








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