Aquella tarde noche fuimos Merche y yo al gimnasio nuevamente. Me senté sobre la bicicleta, como últimamente acostumbro y estuve 1 hora exacta pedaleando, 12,5 kilómetros, metiendo interesantes cargas en la parte final, que me dejaron las piernas bien tiesas y calientes. Merche, a su vez, corrió 10 kilómetros sobre la cinta y lo hizo a una magnifica media.
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