El pasado sábado hacía tanto frío que ni tan siquiera al mediodía apetecía correr. Por ello propuse a mi mujer salir después de comer. Eso hicimos, y a eso de las 17 horas iniciábamos la sesión bien ataviados, aunque Merche, que lleva fatal lo del frío, fuese demasiado precavida, porque la temperatura era adecuada para disfrutar, unos 8 grados. Nos fuimos por la Carretera de San Carlos para subir por el camino que lleva al Peral y comprobé como se extiende el estado de forma de Mercedes. Subió magnificamente y eso que no íbamos forzando. Ya en el carreterín asfaltado de las inmediaciones del paraje metimos un poco de caña y ella respondió genial. Cada vez corre mejor a ritmos cercanos a 5´el kilómetro. Regresamos por el camino transversal que acaba en el Camino del Peral, el que yo bautizo como "el camino de las caballerizas" y aunque en las primeras cuestas perdió un poco el ritmo, no tardó mucho en recuperarlo. La pena fue en que no bajamos al pueblo por ese recorrido, algo que le hubiera gustado porque esa parte siempre se le da bien, sino que giramos a la derecha para ir hacia la zona del aeródromo, que fue por donde regresamos a casa. Buen entreno el que le salió a ella, no tanto a mi que a esos ritmos no me da para adaptarme. Una hora y 15 minutos para hacer 13,7 kilómetros a un ritmo de 5´28´´ y sin darnos cuenta de fuésemos tan rápido.
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