El viernes volví a dar descanso a mi mujer. Había cumplido claramente en su primera semana de tapering (bajada de pistón de cara a la Maratón de Málaga del 6 de diciembre), completando 62 kilómetros bien repartidos en 5 sesiones y con algún entreno bastante intenso. En mi caso decidí hacer algo que ya hacía tiempo que no realizaba: correr todos los días de la semana, así que aprovechando que me había tomado la tarde libre me calcé las zapatillas y me fui cuando el atardecer comenzaba a pedir permiso a la noche. El circuito elegido era ese de12,60 que se inicia en el Camino de Membrilla y que toma caminos hasta regresar por vía de servicio de la AIV. Me sentía algo pesado pero fue entrar en calor y la cosa mejoró. De las molestias no fui mal, pero quizá echaba en falta algo de chispa. De hecho, sin forzar mucho la máquina, cuando llegué a casa y miré el crono comprobé que me había salido algo lento de más, ya que completé la sesión en 1 hora y 3 minutos para realizar una distancia muy similar a la del miércoles, cuando cuajé 1 hora exacta (con interval, eso sí).
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