El miércoles desperecé a Merche y tras cenar (cómo costo ponerse la ropa de correr), salimos a realizar una tiradilla. Pasamos por el parque, de ahí a la vía de servicio hasta al falda del Cerro del Ángel, subimos a buen ritmo por el carreterín el mismo y bajamos también a buen ritmo para regresar a casa en otro entreno dentro de una semana en la que estaba tratando de acumular kilómetros y buscar sensaciones. Son sólo 8,5 kilómetros pero al menos pude sumar. En cuanto a Mercedes, muy bien, sin molestias.
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