La tirada larga en Despeñaperros con Merche no me dejó las piernas cargadas, por lo que el domingo bien podía realizar un entreno algo más intenso. De esta forma, sin presión, y con el único objetivo de tratar de salvar un poco los muebles de cara a la Maratón de Valencia, salí ya de noche y justo antes de la cena. Pronto metí una marcha más por el Camino de Membrilla y por momentos me puse a 4´15´´. Las sensaciones eran buenas, a pesar de que el ritmo se cortaba por la zona donde el camino se pone peor, ya hacia la vía de servicio de la AIV. Regresé por dicha vía, allá por donde pica la pendiente y el ritmo apenas decayó, y al llegar a la falda del Cerro del Ángel pude respirar tranquilo y disfrutar estirando la zancada, porque tocaba bajar hasta casa. Al final quedé relativamente satisfecho haciendo 12,5 kilómetros en 56 minutos, a una media de 4´30´´.
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