Se ha convertido en una costumbre eso de correr tras la cena, aunque con la llegada del otoño estoy seguro que dejaré de hacerlo. Me puse el frontal y salí por la Carretera de San Carlos para luego ir al Paraje del Peral a ritmo suave a la espera de calentar. Mejores sensaciones que en los dos días anteriores, así que comencé a echarle leña a la máquina de vapor y el fresquito hizo el resto pudiendo completar un buen entreno de 12,5 kilómetros en 57 minutos. Sin duda vendrían muy bien en el acumulativo de esa semana.
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