El lunes dí descanso a mis piernas tras los casi 15 kilómetros con cuestas del sábado en Linares, y el doblaje del domingo (con 10.000 competitivo incluido). Pero el martes no podía descansar más, así que disfrutando por fin del buen tiempo y de la buena noche que hacía salí dispuesto a marcarme un entreno intenso, a pesar de que las piernas no me pidieran eso. Me llevé el Garmin y el comienzo fue suave, porque hubo que calentar para ir entrando en faena. Tras un 5´40´´ pasé a un 5´15´´, y desde ahí fui bajando de 5´a pesar de ir por caminos y de noche. Como no me conformaba, comencé a dar "arreones" para ir bajando el crono, en una especie de fartlek loco en el que por momentos me ponía por debajo de 4´. Así, desde el 5 kilómetro fui bajando de 4´30´´ en todos los kilómetros, aunque fueran por terreno irregular, y para terminar, me marqué los últimos 4 kilómetros por debajo de 4´25´´, finalizando el último en 3´55´´ a pesar de ser con una pronunciada cuesta. Así me salieron 14300 metros a 4´47´´ de media llegando a casa con las piernas castigadas por el esfuerzo. No sé si era lo más conveniente, pero lo hice. Algo en mi interior me invita a cansarme, a fatigarme, a pesar de mi cuerpo quiera correr despacito.
El nuevo plan ha comenzado con buen pie: cuatro sesiones en las que acumulo 48 kilómetros.
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