El martes por la noche tocaba salir de nuevo. Tenía ganas y me encontraba bien tras el descanso del día anterior. Merche también tenía que correr y lo ideal era ir cada uno por su cuenta para que yo pudiera hacer un entreno más rápido, pero como era de noche no quise dejarla sola y nos fuimos a hacer algo que nunca habíamos hecho antes. Pasamos por el parque, desde ahí por la autovía hasta el Cerro del Ángel y una vez allí nos pusimos a hacer series de 400 metros en cuesta, recuperando al trote de vuelta, un total de cuatro repeticiones. Lo anecdótico del entreno fue que en sitio donde lo hicimos era una carretera con bastante tráfico por lo que era ciertamente peligroso, pero Mercedes no se quejó. Para compatibilizar ritmos ella salía primero y tras unos segundos salía yo, con el frontal. Se hicieron bastante duras y nos picaron las piernas, que era de lo que se trataba. A la vuelta comenzamos suave, pero poco fuimos apretando y llegamos a casa inmersos en un buen ritmo. Sin duda fue un buen entreno para mi y un magnifico entreno para Merche.
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