Me esperé al mediodía para salir a correr, y lo hice con menos ropa que de costumbre: pantalón corto, camiseta térmica, camiseta de tirantes, gorro y mp3. Tenía el circuito establecido y sobre el papel me esperaban algo más de 26 kilómetros, que he de decir que me causaban respeto, por el riesgo de lesión y por el desgaste que supone hacerlos de un tirón a un ritmo medio casi alto. Sin embargo, en la primera parte del entreno disfruté más que sufrí, porque iba suelto, estiraba zancada con facilidad y las NB890v4 iban respondiendo bien en su primera tirada larga oficial. El perfil era bastante exigente con subidas constantes y tenía que ir esquivando charcos lo que me hacía bajar el ritmo, pero como no había encendido ni tan siquiera el crono no me iba estresando mucho. Aún así, lo peor estaba por llegar, y es que desde el 12, la orientación del circuito me puso de cara al viento, y así sería durante la mayoría de los kilómetros restantes. Así que tocó apretar los dientes y sufrir, y es que mis 59 kilos no ayudan mucho y con cualquier pequeña ráfaga me quedo frenado. Sé que bajó la media de ritmo, pero hay que reconocer que un entreno así vale mucho, porque te pone un obstáculo que sortear y te hacer más fuerte. Sólo en los últimos 3 kilómetros fue cuando regresaron de nuevo las buenas sensaciones, y no era casualidad que el viento ya no me daba de cara. De molestias bastante bien, un poco tenso el tendón de áquiles de mi pierna izquierda, motivado con toda seguridad por la adaptación a las zapatillas, pero por lo demás bien.
Llegué a casa con fuerzas, pese que no avituallé nada y me sentí gozoso como un niño en Reyes, por haberme quitado de encima la última tirada larga exigente antes de la Maratón de Sevilla.
Hice una hora y 12 minutos, a 5´el kilómetro, que teniendo en cuenta las dificultades son bastantes dignas. En algún tramos de la primera fase me instalé en ritmos de 4´30´´- 4´40´´.
No hay comentarios:
Publicar un comentario