El fin de semana tuvo su aquel, no paré de trabajar en casa, sin contar con la aventura de Ciudad Real. Se trataba del sprint final de mi carrera especial, en la que tenía que presentar un montón de impuestos de la gente a la que le llevo las cuentas, preparar las últimas clases para el lunes, corregir exámenes, resolver algunos asuntos de mi antigua empresa en la que trabajaba, de la cual no me he desvinculado en cuanto a tareas, y por ello no pude escribir nada en este blog. Amaneció el lunes y lo hizo con mi moral tocada, pero con ganas de hacer una semana de entrenos "de verdad". Aún así, estaba algo dolorido muscularmente y decidí no salir. Cuando al fin terminó el lunes, supe que la "era de los agobios" había llegado a su fin, para pasar a una nueva etapa más normal.
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