El tiempo apremia y no puedo pararme, si no quiero llegar mal a la Maratón de Málaga. Sonó el despertador y si por mi hubiera sido me habría quedado durmiendo como un niño chico. Sin embargo, a las 05:15 subí a la buhardilla a trabajar y a las 07:10 me fui a correr. Tengo los kilómetros en las piernas, y ahora sólo me falta coger el ritmo. El viernes madrugué y estaba muy muy cansado. La idea era rodar otro rato, y eso hice, yéndome por los caminos del norte cercanos a casa. Traté de ir algo más rápido que el día anterior, pero no mucho, e hice unos 6 kilómetros y medio empleando 36´. Me sentí bien, bastante suelto, pero no quise forzar.
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