Dormir poco, trabajar mucho, no descansar y madrugar... Ya tenemos todos los ingredientes para estar cansado. Me he levantado deshecho pero con la obligación de correr, y no he dudado en ningún momento en relación a qué no tenía otra opción. He hecho el circuito de los cerros de alrededor del Cerro del Ángel, tirando casi de mi cuerpo porque estaba verdaderamente cansado. Aún así, el fresquito me ha permitido ir sobrellevando el entreno. Una vez llegado al Cerro del Ángel lo he subido campo a través, y los pies y los tobillos me dolían bastante, pero de nuevo he hecho de tripas corazón. He bajado por la carretera y de ahí al Parque Cervantes y finalmente a casa. Me han salido unos 12.200 y 1 hora y 7 minutos en una sesión que no pasará a la historia de los mejores entrenos pero que al menos me ha servido para cumplir el guión preestablecido
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