"No soy nada". Este es el punto de partida, no es algo que recién descubro, simplemente se trata de un sentimiento que convive conmigo. La búsqueda del éxito puede asociarse con decepción, sólo depende de lo frágil que sea tu alma, y hay una amarga lección que aprender: los triunfadores son los ladrones de muchos deseos. Nos hacen ver desde pequeños que el camino pasa por ganar, porque los perdedores no se quedan con la chica al final de la película, y enseguida aprendes a clasificarte entre los dos tipos de personas: triunfadores y perdedores. Ahí está la recurrida genética para limitar nuestros sueños, de forma que tienes que acabar aceptando que perteneces al grupo de los que agachan la cabeza y esconden su espíritu, ante esto sólo quedan dos actitudes: el esfuerzo o la resignación. Yo escogí esforzarme, y mi pasión hizo el resto. Pero el ímpetu está reñido con el sinsabor y 43 años han dado mucho de sí para contemplar esa pelea; el resultado: mil sueños diluyéndose a lo largo de mi pasado. Es el viento el que te sopla en forma de destino y te trae aquello que no esperas, en mi caso una familia que adoro: mi mujer y mis hijos, que hoy sé que son más valiosos que cualquier medalla o reconocimiento que alimente el ego.
Sin embargo algo cambio hace unos años: mis piernas llevan 40 meses corriendo sin parar. Me puse las zapatillas sabiendo de antemano que no me esperaba la gloria, ¿pero necesitaba realmente esa estrella?; .tan sólo ando buscando el regocijo de haber encontrado una forma de vivir en la que mis fracasos me den fuerza y en la que mis pequeños logros me hagan sentir fuerte, de forma que en el proceso me sienta muy vivo. Soy corredor de larga distancia, esa es mi dulce enfermedad, y ya he aprendido qué es el esfuerzo, el dolor y el llanto, pero también he probado las lágrimas de la alegría; cuando el campo se abre, vas corriendo libre hacia lo que buscas, no importa lo que vales, sino lo que sientes, porque los años que estamos en este mundo son la arena de ese reloj que alguien volcó cuando nacimos; la arena sigue cayendo y cayendo y no podemos hacer otra cosa que seguir viviendo, pero por favor, hagámoslo de la forma más plena e intensa, que se nos termina la arena.
Este blog tiene parte de culpa, porque con él he imaginado, soñado, aprendido y expresado mis sentimientos. Hoy os muestro esta parte de mi, como lo haría en la hoja de mi privado diario, sólo que esto no es un diario y no es privado, porque los que estáis ahí formáis parte, de alguna forma, de mi reto. En un par de meses me enfrentaré con algo increíble para mi, la oportunidad de conocerme mejor, de buscar mis límites, de sentirme más vivo aún de lo que me siento y de reflexionar sobre tantas cosas que se me escapan y que quizá me tenga que enfrentar a ellas en los peores momentos de mi Madrid-Segovia. Mi blog os contará todo eso, porque quiero que lo sepáis y porque espero que estéis conmigo, por muy distintos que seáis a mi.
Pues como veo que todo va bien, que tienes la cabeza amueblada perfectamente, que buscas tus retos cada dia y cada año, que le das la máxima importancia a la familia y veo que eres feliz, pues disfruta del momento y que sea lo más eterno posible.
ResponderEliminarUN SALUDO JAVIER
Gracias Kino, sí soy feliz, aunque no siempre lo he sido. Quizá nunca debería haber dejado de correr, y todo habría resultado más fácil, pero al menos, ahora desde que he regresado encuentro mi equilibrio.
EliminarPor cierto, dame permiso para dedicar una entrada a tu iniciativa de septiembre
Javier, gracias por compartir parte de ti; la presente entrada es profunda y meditada, permite vislumbrar pensamientos y anhelos; otro de los beneficios de correr, tienes mucho tiempo para pensar, a veces en condiciones extrema, las cuales agudizan la mente y reordenan las prioridades.
ResponderEliminarVeo que te gusta Descartes.
Saludos, Emilio.
Gracias Emilio, yo diría: "Pienso y siento, luego existo". No sé si he sido capaz de plasmar lo que llevó adentro y la liberación que supone para mi correr, pero eso era lo que trataba de reflejar
EliminarCreo que si lo has conseguido; reflejar lo importante que es correr para ti, hacerlo por puro placer, por recompensas muy personales e intransferibles, en definitiva, correr es una forma de ser, de vivir, de reconocerte en una actividad que solo de ti depende y de nadie mas.
ResponderEliminarEn twitter utilizo el tag #corroluegoexisto, simplifica mi planteamiento ante esta actividad que hemos elegido voluntariamente.
Seguiremos tu blog, compartiremos y aprendemos.
Saludos, Emilio.